jueves, 20 de septiembre de 2012

historia

CONQUISTA Y VIRREYNATO DEL PERU El Virreinato del Perú fue una entidad territorial integrante del Imperio español situado en América del Sur, establecida por la Corona española durante toda la era de su dominio en el Nuevo Mundo, entre los siglos XVI y XIX. Tras la Conquista del Perú, los conquistadores entraron en una guerra civil, por lo que el rey Carlos I, por medio de la Real cédula firmada en Barcelona el 20 de noviembre de 1542, suprimió las gobernaciones de Nueva Castilla y de Nueva Toledo y creó el flamante virreinato. Éste comprendió en un inicio gran parte de Sudamérica y parte de Centroamérica, bajo diversas formas de control o supervigilancia de sus autoridades; sin embargo, a lo largo del siglo XVIII, y hasta la independencia de esas zonas respecto del poder español, correspondió efectivamente a lo que hoy en día es la República del Perú, de Chile y Bolivia. A principios del siglo XIX, el virreinato del Perú, se ha denominado la posesión más importante de la Corona española[4] al tratarse de una de sus más importantes fuentes de riqueza. El virreinato peruano durante el proceso de independencia hispanoamericana se convirtió en el último bastión y centro contrarevolucionario en América del Sur, obligando a José de San Martín a abandonar su empresa emancipadora tras establecer la República del Perú, hasta que bajo la división partidista, y sin auxilios de España, el virreinato sucumbió finalmente en las campañas decisivas de Simón Bolívar. En lo militar el virreinato del Perú financió y apoyó militarmente, por medio del real situado y el envio de soldados y provisiones desde el Perú, las campañas contra los mapuches en la Guerra de Arauco que se extendió por todo el período colonial, solamente en el año 1662 fueron enviados 950 soldados y 300.000 pesos para los gastos de guerra,[5] de igual manera del virreinato peruano partían las directivas generales para la conducción de la campaña como fue la que envio el virrey Príncipe de Esquilache ordenando una guerra defensiva contra los indios y la prohibición del servicio personal de éstos.[6] La fortificación del puerto del Callao y la manutención de una fuerza naval para defender las colonias próximas de incursiones de corsarios y piratas fue también responsabilidad de los sucesivos virreyes del Perú. Historia [editar] Antecedentes Con la entrada de los españoles en la ciudad de Cuzco en 1534, concluyó la conquista militar del Perú, llevada a cabo por Francisco Pizarro y dio comienzo el desarrollo del asentamiento colonial en el área dominada hasta ese momento por el Imperio inca o Tahuantinsuyo. Así, durante el reinado del rey de España, Carlos I, por real cédula firmada en Barcelona el 20 de noviembre de 1542, se creaba el virreinato del Perú, eliminando las gobernaciones sedamericanas incluida la Gobernación de Nueva Castilla, otorgada a Pizarro. [editar] Establecimiento del virreinato El 20 de noviembre de 1542, el monarca español Carlos I de España firmó en Barcelona por Real Cédula las llamadas Leyes Nuevas, un conjunto legislativo para las nuevas colonias americanas entre las cuales dispuso la creación del Virreinato del Perú en reemplazo las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva León al tiempo que la sede de la Real Audiencia de Panamá fue trasladada a la Ciudad de los Reyes (Lima). yten ordenamos y mandamos que en las provincias o rreynos del peru rresida vn visorrey y vna audiencia rreal de quatro oydores letrados y el dicho visorrey presida en la dicha abdiencia la qual rresidira en la cibdad de los rreyes por ser en la parte mas convenible porque de aqui adelante no ha de aver abdiencia en panama. LA INDEPENDENCIA Artículo principal: Independencia del Perú En el siglo XIX, el virrey José Fernando de Abascal y Sousa hizo del virreinato del Perú, el último baluarte, reducto y centro imperial de España; desde este virreinato se reprimió toda manifestación de signo independista en las colonias de España en América del Sur, se contuvo la revolución argentina, se reconquistó Chile, se sofocó los levantamientos de Nueva Granada y se debeló todo intento revolucionario en el propio virreinato. Sin embargo tras la liberación de Chile el general José de San Martín organiza una expedición militar invasora que ocupó Lima en 1821, y el 28 de julio se proclama la República del Perú. La capital virreinal que fue trasladada al Cuzco y el virreinato español del Perú se mantuvo en los territorios no independizados hasta el año 1824, en que terminó oficialmente con la capitulación del virrey José de la Serna e Hinojosa ante las fuerzas invasoras lideradas por Antonio José de Sucre en la Batalla de Ayacucho. EL REY DE ESPAÑA Era la suprema autoridad de España y sus colonias, cuyo gobierno fue de corte absoluta. El rey tenía la facultad legislativa exclusiva, que se traducían en reales cédulas, reales órdenes, podía declarar la guerra, firmar la paz, administrar justicia y acuñar monedas. En el transcurso de los tres siglos que existió el virreinato del Perú, se sucedieron once monarcas agrupados en dos dinastías: Felipe II de EspañaCasa de Habsburgo Carlos I (1542[1] - 1556) Felipe II (1556 - 1598) Felipe III (1598 - 1621) Felipe IV (1621 - 1665) Carlos II (1665 - 1700) Casa de Borbón Felipe V (1700 - 1724) Luis I (1724) Felipe V (1724 - 1746) Fernando VI (1746 - 1759) Carlos III (1759 - 1788) Carlos IV (1788 - 1808) Fernando VII (1808[2] - 1824[3] ) EL VIRREY Era el representante personal del Rey de España en el virreinato: su “álter ego”, es decir, “su otro yo”. Como suprema autoridad del virreinato fue el encargado de impartir justicia, administrar el tesoro público y velar por la evangelización de los indígenas. El virrey era nombrado por el rey a propuesta del Consejo de Indias, aunque muchas veces fue el mismo rey quien se encargaba de revisar los nombres de los posibles virreyes. El virrey del Perú residía en la ciudad de Lima, en el suntuoso palacio de los virreyes, rodeado de una brillante corte, en medio de gran lujo y riquezas y resguardado por una guardia de honor. Durante la existencia del Virreinato del Perú gobernaron 40 virreyes. [editar] Las audiencias Grabado de Felipe Huamán Poma de Ayala representando a la Real Audiencia de LimaLas audiencias tenían como función principal la administración de justicia, en calidad de segunda instancia en los juicios o procedimientos judiciales, a nivel de cortes superiores. Asimismo, ejercían funciones políticas, es decir, facultades propiamente de gobierno, pues la Audiencia actuaba como asesor del virrey, por lo que muchas veces absolvió las consultas formuladas por el virrey. De igual manera, fue la encargada de tomar las riendas del virreinato cuando el virrey se encontraba enfermo o moría repentinamente. Según su categoría, las audiencias eran de dos clases: Audiencias Virreinales, de mayor rango, presididas por el virrey, tal fueron los casos de la audiencia de Lima y México, que tenían bajo su autoridad a las otras audiencias del mismo virreinato, denominadas Audiencias Subordinadas. LOS CABILDOS Denominados también, ayuntamiento, municipalidad o consejo municipal, fue una institución de origen español que se trasplantó a América. El cabildo tenía múltiples atribuciones administrativas. Entre ellas les correspondía administrar arbitrios, presidir espectáculos públicos, organizar fiestas pomposas al llegar los nuevos virreyes, vigilar el aseo de la ciudad, inspeccionar las calles y organizar la baja policía. Se distinguen tres tipos de cabildo: correspondiente a las villas y lugares, las ciudades diocesanas y las ciudades metropolitanas. En las villas, se constituían por un alcalde ordinario, elegido anualmente en un acto presidido por el corregidor y cuyos cargos podían ser comprados o heredados; cuatro regidores, un alguacil y un mayordomo. En las ciudades diocesanas: alcalde elegible, ocho regidores, dos fieles ejecutores, dos jurados o diputados de cada parroquia, un procurador general, un mayordomo, un escribano de consejo, dos escribanos públicos, un escribano de minas y otro de registro, un pregonero mayo, un corredor de lonja y dos porteros. En las ciudades metropolitanas: elegidos entre los encomenderos y entre los vecinos notables que no ejerciesen otros cargos incompatibles, 12 regidores (en México fueron 15 y en Lima llegaron a ser 18) y los demás oficiales perpetuos. Los alcaldes ordinarios eran elegidos por los regidores mediante votación secreta que en Lima era presidida por el virrey. Los regidores eran elegidos por el virrey con la autorización del monarca o por elección del cabildo. LA AGRICULTURA La agricultura no tuvo un desarrollo importante en el virreinato. En el Virreinato Peruano, al igual que en otros lugares colonizados por los españoles, la tenencia de la tierra se trastocó, así como el usufructo que se hacía de ella. Con la llegada de los españoles llegaron también productos como el trigo, olivo, vid, cítricos, animales de granja y aves de corral. Desde un inicio los indígenas fueron empleados en las faenas agrícolas y fue a través de esta práctica que pudieron pagar sus tributos. Nuevas técnicas como el barbecho, la rosa y quema así como diferentes instrumentos les fueron dados a los nativos para que explotaran al máximo la agricultura. Un aspecto a tener en cuenta es que las tierras destinadas a la agricultura se encontraban relativamente cercanas a las ciudades debido a que muchos de los alimentos no aguantaban más de 5 días de camino sin malograrse. Alrededor de Lima y Potosí, por ejemplo, hubo grandes hectáreas destinadas solamente a la producción local. Dentro de esta producción no se descuidaron los productos locales como el olluco y la coca. Hacia 1600 la producción local fue lo suficientemente estable como para sustituir las importaciones que se hacían desde España causando gran molestia a los comerciantes españoles. Es desde entonces que el comercio anticolonial empezó a tener auge, principalmente entre las regiones del Perú, Chile y Centroamérica. LA IGLESIA EN EL VIRREITATO Corpus Christi en el Cuzco.El Virreinato Peruano se caracterizó por el profundo espíritu religioso, especialmente en el siglo XVII. Prueba de ello es que por esa época, Lima, con 26 000 habitantes, ya contaba con 19 iglesias y monasterios y que el 10% de esa población estaba constituido por sacerdotes, canónigos, frailes y monjas, que penetraron profundamente en la vida del pueblo, en cuyas familias era casi una actitud tradicional destinar a uno de los hijos para el sacerdocio y observar rigurosamente las prácticas del rezo y del rosario a la hora del Ángelus y las asistencias a las diversas actividades de culto. Fundada Lima, se estableció un obispado en 1541 que, en 1548, fue elevado a la categoría de arzobispado, durante el gobierno del pacificador don Pedro de la Gasca. Este arzobispado tenía bajo su mandato a todos los demás obispados que, por entonces, funcionaban en toda América del Sur, y eran el obispado de Cuzco, Panamá, Papayán, Quito, Charcas y Paraguay. El primer arzobispo fue fray Jerónimo de Loayza hasta que, en 1581, fue nombrado como arzobispo fray Toribio Alfonso de Mogrovejo, considerado el verdadero organizador del sistema eclesiástico en el virreinato, para cuyo efecto reunió en Lima dos concilios provinciales. De acuerdo a esto la Iglesia Peruana se organizó en arzobispados, obispados y curatos. Se contaba también con los curas doctrineros en las reducciones. PROCESOS DE EVANGELIZACION La labor evangelizadora en el Virreinato Peruano empezó el mismo día que los españoles arribaron a estas tierras y emprendieron su empresa de conquista. La evangelización se dio de manera paulatina a media que llegaban las órdenes religiosas, pero también con cierto desorden pues la dispersión de los misioneros impedía una eficaz labor centralizada. Las primeras acciones importantes de evangelización empezaron después del primer Concilio Limense en 1551. La primera medida a tomar fue el bautizo de indígenas, que en el acto debían abandonar las prácticas idólatras y todas las formas que iban contra las leyes eclesiásticas y contradecían los mandamientos católicos. En el segundo Concilio Limense (1567-1568) se retoma la idea de destruir las huacas y de colocar en su lugar cruces o levantar una iglesia o ermita en caso que la huaca haya sido un importante lugar de culto. El Tercer Concilio Limense (1582-1583) marcó un cambio significativo en la evangelización peruana. Lo nuevo fue en materia de textos y catecismos. Las distintas órdenes debían utilizar los mismos materiales de enseñanza y adoctrinamiento. Para ello se debía conocer a fondo la lengua quechua (y sus variantes). Los jesuitas fueron los más entusiastas con esta nueva metodología de evangelización debido a que el catecismo era una de sus principales virtudes. Sin embargo, a principios del siglo XVII los sacerdotes aún estaban quemando momias incaicas y descubriendo llamas destinadas a un sacrificio entre las andas de los santos. Fue entonces que el intento de extirpación de idolatrías se hizo más rigurosa: los curas destruyeron todo objeto incaico considerado hereje, se obligó a los indios a asistir a misa bajo pena de azote y a bautizar a sus hijos con nombres cristianos, se estableció castigos y penas severas contra de los idólatras andinos, se persiguió a hechiceros y brujos, etc. LA INQUISICION EN EL VIRREYNATO La Inquisición en Lima. Camino hacia la plaza mayor de Lima para su condenaEn el Virreinato Peruano el Tribunal de la Santa Inquisición se estableció durante el gobierno del virrey Toledo, por real cédula de 25 de enero de 1569. Empezó a funcionar el año siguiente, en 1570. Estuvo bajo la dirección inicialmente de los dominicos y luego de los mercedarios, pero después jesuitas acapararon sus más altas esferas. La misión de la Inquisición no era otra que combatir a los herejes. En este sentido, sus atribuciones eran las mismas que el tribunal inquisitorial de España. Se buscaba, con esto, preservar la Fe Católica. En un comienzo, su acción no tenía alcance sobre los indígenas; puesto que solo se condenaba herejía, pero pronto las atribuciones de esta institución se ampliaron al seguimiento de causas por blasfemia, poligamia, hechicería, idolatría, etc., comprendiendo dentro de sus alcances al pueblo nativo. La jurisdicción de la Inquisición Limeña se extendía hasta las audiencias de Charcas, Chile y Quito. La aplicación de tormentosos castigos corporales eran ejercidos por hermanos de la orden de Santo Domingo, mientras que los de San Juan de Dios se encargaban de cuidar a los enfermos. Este rígido y severo tribunal envió a la hoguera a 40 personas por herejes, mientras que, en conjunto, con el proceso seguidos por otras causas el número de sentenciados llegó a 371, hasta que dejó de funcionar en 1761. Todo esto desenvolvió un sentimiento adverso al tribunal, tal es así que a su supresión, en 1761, se produjeron manifestaciones de contento popular en el ambiente del Perú virreinal, especialmente en Lima. LA CAPITAL VIRREYNAL Entrada del Virrey a LimaPor decisión de la corona española, la ciudad de Lima (fundada originalmente con el nombre de Ciudad de los Reyes) fue la capital y el centro político y administrativo del Virreinato del Perú. El comercio de la zona estaba concentrado en el puerto del Callao al cual llegaban todos los navíos provenientes de Panamá teniendo una suerte de monopolio en el comercio regional, esto provocó el asedio de los piratas, el más famoso de ellos fue Francis Drake. Para evitar estas invasiones el virrey Melchor Navarra y Rocafull, Duque de la Palata mandó a construir las célebres murallas limeñas, para evitar nuevas invasiones.